La desesperación

Estamos en el último día del encendido, apunto de llegar al apagado; y todavía no tenemos ningún síntoma de apagado, de que haya llegado el momento de apagarlo.

No hay síntomas, ni físicos ni sobrenaturales porque hemos pasado el cambio de luna, creciente, llena y menguante, que dice todo el mundo "con la luna, verás", pues ha pasado y "no hemos visto nada", es más siguen sin existir síntomas. El único síntoma, si se le puede llamar, es el miedo, pero miedo porque no sabemos cuando se apagará, miedo a no poder planear nada, por si se apaga. Miedo a no querer ir "lejos" por si hace falta volver una vez llegado.

Por ese "síntoma", hemos pasado unas vacaciones en casa, algo extrañas, no hemos pasado tiempo de aburrimiento, pero con la sensación de haber perdido el tiempo. No hemos planeado nada, pero tampoco hemos tenido tiempo de aburrirnos. Algo extraño.

Al día siguiente llega lo esperado, nos quedamos en el hospital. Empieza la cuenta atrás, una cuenta atrás muy larga, demasiado diría yo, una cuenta que no tiene fin, donde me toca estar acompañando, me toca ser una almohada para sentirse a gusto. Lo mejor, que esa cuenta atrás tiene su fin 03:40 A.M.


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