Tell

Empezamos nuestra relación, digamos, no muy bien. En aquellos años no podías ni verme, ya que todo eran llantos y más llantos, en alguna ocasión he llegado a pensar que solo con olerme u oírme ya te alertabas de mi presencia 

La única manera de yo poder acercarme (está demostrado) era cuando dormías, no te dabas cuenta quién te cogía en ese momento si no, dudo mucho que me dejaras acercarme incluso como pensar en cogerte. Pero si, solo cuando dormías podía sentirte en mis brazos, como una muñeca pequeña, quietecita, calentita, tan suave que parecías que te fueses a romper entre los brazos de un TIO como yo tan grande, pero ni mucho menos iba a dejar que te ocurriese nada, en ese momento, ni después. Sabes que siempre he mirado por ti, he querido y querré lo mejor para ti, dando todo lo posible y más. Fuiste la primera personita en llegar a esa familia.

Con el paso del tiempo, pudiste comprobar que nuestra relación fue mejorando, ya me dejabas acercarme, incluso llegábamos a jugar juntos. Eso sí que era bonito, paseos en la playa, paseos en la ciudad, viajes en mi cochecito. Hasta me dejabas hacerte fotos, que por suerte, te gustaban mucho verlas, te gustaba verte en ellas. Recordar tu cara sonriendo, las risas que salían de tu boca, eso sí que es precioso...


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